lunes, 28 de marzo de 2011

EL VIENTO Y EL ALMA



Con tal vehemencia el viento

viene del mar, que sus sones

elementales contagian

el silencio de la noche.


Solo en tu cama le escuchas

insistente en los cristales

tocar, llorando y llamando,

como perdido sin nadie.


Más no es él quien en desvelo

te tiene, sino otra fuerza

de que tu cuerpo es hoy cárcel,

fue viento libre y recuerda.


Luis Cernuda



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