miércoles, 10 de junio de 2009

ELOGIO DE LA LECTURA


Lee de forma compulsiva y codiciosa, como si tragando palabras pudiera alimentar sus emociones. Por sus venas circulan verbos. En su avaro éxtasis ha llegado a cancelar citas de amor por terminar la lectura de un libro. Tan sólo sale de casa para acudir a la biblioteca, donde no habla con nadie. Pareciera como si aspirase a sentir placer a través de lo que otros han vivido. Sin embargo jamás ha escrito una sola línea. Llora en vez de escribir.
Bernardo Bersabé
Madrid, junio de 2009