La tierra te devuelve a mi
Manuel Altolaguirre
A veces, nuestros pasos
retroceden como sombras de invierno
ante cualquier atisbo de incertidumbre.
Esa llanura vacía nos va alejando
de las palabras y las soluciones;
ese fuego que nadie habita
impide cicatrizar las heridas oscuras.
Pero hoy
todo es voz al levantarme
y observar tu sonrisa,
esa que derribaba los muros
y envolvía el calor
de las mañanas de junio,
cuando aún estabas viva,
cuando vivías aqui,
en el fértil espacio
que las promesas hurtaron
a los laberintos.
Y es que fue así, caminando,
como nos fuimos conociendo.
Sin hablar,
con un alfabeto propio,
todo mar, todo principio.
Hoy tanto fuego nos quemaría,
pero daría luz
a nuestras calles revueltas.
En una de sus fachadas
algún desconocido ha escrito:
bajo mi pie, contigo, esta mi cuerpo.
Bernardo Bersabé
Majadahonda, marzo de 2011